El Barcelona (visto por un madridista)

No suelo escribir de fútbol, aunque dicen que siempre hay una primera vez para todo. Mañana los blaugranas disputarán la final de la Champions League ante el Arsenal y tienen todas las de ganar. Los mejores jugadores del mundo militan actualmente en sus filas, y qué curioso, dos de ellos fueron madridistas. Lo fueron.

Despreciados por el ya expresidente Florentino Pérez se buscaron otro equipo. Mientras los dirigentes blancos crearon un equipo para vender camisetas, los culés reforzaron la plantilla, cada puesto, y buscaron un estilo ofensivo y de creación. El resultado, un equipazo que si bien puede perder contra cualquiera (nadie es invencible) nadie juega más bonito.

El Madrid en cambio se limitó a tapar agujeros; fichó jugadores que no han respondido. Desde el frágil Woodgate hasta el chichoso Cassano, la plantilla ha experimentado un progresivo declive, un baile de entrenadores y un sinfín de momentos vergonzosos. El mejor equipo del mundo es ahora mismo un caos. Con FP todavía mandando en la sombra, se acercan las elecciones. Hagan sus apuestas.

Atrás quedaron los tiempos en los que Europa temblaba con el Real Madrid; ahora es el F.C. Barcelona el que asusta, el que provoca admiración, y con ello las ventas de camisetas suben. Los culés pueden presumir de equipo, para nuestra desgracia.

Madridistas y culés no somos muy diferentes; bueno, a nosotros nos odia media España, pero yo no odio a los catalanes ni a los barcelonistas. No me gusta, eso sí, que más de la mitad de las portadas del Sport sean para reírse de nosotros por la pésima temporada (y ya van tres).

Bueno, la liga está acabada; felicidades al campeón. Suerte mañana y prepárense, que el Mundial entra en escena (en cuartos fuera, como siempre).