El Imperio Contraataca
Si eres de los que les gusta tararear su canción favorita en la ducha, la calle o cualquier otro lugar, debes andarte con cuidado. Mis contactos me han informado de que la SGAE tiene un anteproyecto de ley por la cual tendremos que pagarles un canon por derechos de autor antes de cantar esa canción. Para poder hacer cumplir esa ley instalarán micrófonos ocultos y cámaras de vigilancia en todas partes. Nadie podrá escapar a su control. Todo el dinero recaudado se invertirá en la construcción de la nueva casa de campo de tres mil metros cuadrados de Teddy Bautista, el líder de esta masónica organización, y en mantener a ese residuo que la movida madrileña ha dejado y que responde al nombre de Ramoncín.
El uso no autorizado de estas canciones tendrá graves consecuencias, que van desde el linchamiento y flagelación publicas hasta la sordera permanente provocada con la audición del disco de grandes éxitos de El Fary a 150 dB.
Bromas aparte, la SGAE se parece cada vez más al malvado Imperio; está obsesionado con acabar los rebeldes y dominar la galaxia. Y nosotros, los internautas, somos esos rebeldes. Ya hemos sido juzgados y declarados culpables. Hace tiempo el Imperio decretó un canon para los CD’s y DVD’s vírgenes; están planeando otro canon que abarque cualquier dispositivo de almacenamiento de datos. Y por último, otro canon para cualquier conexión de banda ancha. Ya lo dice el refrán: “Piensa el ladrón que todos son de su condición”. No tratan de reducir las pérdidas, sino de compensarlas a nuestra costa.
Analicemos un poco más el problema e intentemos sacar conclusiones; sin duda los programas P2P, las grabadoras de CD y el top manta perjudican seriamente a la venta de discos y películas. Una venta que disminuye año tras año y que supone pérdidas millonarias para las grandes compañías discográficas (y la ruina total para las pequeñas). Por supuesto no van a pagar el pato los de arriba (para algo se inventaron los E.R.E.). Pero el pez se muerde la cola. El elevado precio de los mencionados productos no contribuye a mejorar la situación. Primer dardo. La calidad de la mayoría de dichos productos deja bastante que desear (considerar música a los Santa Justa Klan, a los triunfitos y a esa que prefiere estar antes muerta que ser sencilla me parece una temeridad). Segundo dardo. Y por último, ¿quién es el que realmente se forra con las ventas de los discos? Diana.
Los ejecutivos de las multinacionales de la música son el primer eslabón de la pirámide. Para ellos la música no es más que dinero, y fieles a esa tesitura han creado una nueva raza de cantantes y artistas (a su imagen y semejanza). Seria difícil encontrar al primer espécimen de este nuevo genero, pero lo realmente interesante es lo rápido que han prosperado. Estos individuos cuentan a su disposición con un ejército de letristas, productores, estilistas, coreógrafos y compositores formados y entrenados para fabricar hits. La estrella en cuestión se convertirte en un cuerpo, generalmente de muy buen ver, con una voz aceptable y que se mueve bien en el escenario.
Los conciertos se convierten en espectáculos luminosos y llenos de efectos especiales y ya no se trata de disfrutar de las dotes líricas de la cantante (o el cantante) sino de las físicas. Vamos, que sale medio en bolas al escenario. Y no hablemos de cantar de verdad. ¿Para qué? Si ya lo hizo en el estudio. Un playback y listo. Total, la masa no paga para oírla cantar, sino para verla cantar. Y realmente paga por verla, por saber que la tiene delante, a unos metros. Todo esto se traduce en millones y millones de dólares, de los que la estrella se lleva un pequeño porcentaje, pero no importa. Una vez tiene el nombre, la publicidad, el merchandising y los derechos de imagen multiplicarán esa cantidad.
Afortunadamente a mis ídolos musicales esta situación les resulta indiferente. Lógico, pues están todos muertos. No obstante entiendo que muchos músicos (músicos de verdad) hayan alzado la voz en contra de esta situación. Por supuesto no considero músico a Ramoncín (este individuo me produce nauseas cada vez que sale en la TV con sus amigos de la SGAE) ni a otros sujetos de su misma calaña. Pese a quien le pese, el MP3 arrasa y no va a desaparecer. Así que la solución pasa por la venta por internet, a un precio razonable. No se me ha ocurrido a mí, sino a otras compañías que han sido inteligentes y se han dado cuenta de que si el mercado cambia hay que cambiar con él. El Imperio, mientras tanto, sigue con su peculiar cruzada. Y nosotros, todos a la cárcel.
P.D. Mierda, me acaba de llamar George Lucas. Me va a demandar por el titulo de este articulo.
El uso no autorizado de estas canciones tendrá graves consecuencias, que van desde el linchamiento y flagelación publicas hasta la sordera permanente provocada con la audición del disco de grandes éxitos de El Fary a 150 dB.
Bromas aparte, la SGAE se parece cada vez más al malvado Imperio; está obsesionado con acabar los rebeldes y dominar la galaxia. Y nosotros, los internautas, somos esos rebeldes. Ya hemos sido juzgados y declarados culpables. Hace tiempo el Imperio decretó un canon para los CD’s y DVD’s vírgenes; están planeando otro canon que abarque cualquier dispositivo de almacenamiento de datos. Y por último, otro canon para cualquier conexión de banda ancha. Ya lo dice el refrán: “Piensa el ladrón que todos son de su condición”. No tratan de reducir las pérdidas, sino de compensarlas a nuestra costa.
Analicemos un poco más el problema e intentemos sacar conclusiones; sin duda los programas P2P, las grabadoras de CD y el top manta perjudican seriamente a la venta de discos y películas. Una venta que disminuye año tras año y que supone pérdidas millonarias para las grandes compañías discográficas (y la ruina total para las pequeñas). Por supuesto no van a pagar el pato los de arriba (para algo se inventaron los E.R.E.). Pero el pez se muerde la cola. El elevado precio de los mencionados productos no contribuye a mejorar la situación. Primer dardo. La calidad de la mayoría de dichos productos deja bastante que desear (considerar música a los Santa Justa Klan, a los triunfitos y a esa que prefiere estar antes muerta que ser sencilla me parece una temeridad). Segundo dardo. Y por último, ¿quién es el que realmente se forra con las ventas de los discos? Diana.
Los ejecutivos de las multinacionales de la música son el primer eslabón de la pirámide. Para ellos la música no es más que dinero, y fieles a esa tesitura han creado una nueva raza de cantantes y artistas (a su imagen y semejanza). Seria difícil encontrar al primer espécimen de este nuevo genero, pero lo realmente interesante es lo rápido que han prosperado. Estos individuos cuentan a su disposición con un ejército de letristas, productores, estilistas, coreógrafos y compositores formados y entrenados para fabricar hits. La estrella en cuestión se convertirte en un cuerpo, generalmente de muy buen ver, con una voz aceptable y que se mueve bien en el escenario.
Los conciertos se convierten en espectáculos luminosos y llenos de efectos especiales y ya no se trata de disfrutar de las dotes líricas de la cantante (o el cantante) sino de las físicas. Vamos, que sale medio en bolas al escenario. Y no hablemos de cantar de verdad. ¿Para qué? Si ya lo hizo en el estudio. Un playback y listo. Total, la masa no paga para oírla cantar, sino para verla cantar. Y realmente paga por verla, por saber que la tiene delante, a unos metros. Todo esto se traduce en millones y millones de dólares, de los que la estrella se lleva un pequeño porcentaje, pero no importa. Una vez tiene el nombre, la publicidad, el merchandising y los derechos de imagen multiplicarán esa cantidad.
Afortunadamente a mis ídolos musicales esta situación les resulta indiferente. Lógico, pues están todos muertos. No obstante entiendo que muchos músicos (músicos de verdad) hayan alzado la voz en contra de esta situación. Por supuesto no considero músico a Ramoncín (este individuo me produce nauseas cada vez que sale en la TV con sus amigos de la SGAE) ni a otros sujetos de su misma calaña. Pese a quien le pese, el MP3 arrasa y no va a desaparecer. Así que la solución pasa por la venta por internet, a un precio razonable. No se me ha ocurrido a mí, sino a otras compañías que han sido inteligentes y se han dado cuenta de que si el mercado cambia hay que cambiar con él. El Imperio, mientras tanto, sigue con su peculiar cruzada. Y nosotros, todos a la cárcel.
P.D. Mierda, me acaba de llamar George Lucas. Me va a demandar por el titulo de este articulo.
6 Comments:
gracias por contestar a este post. Pero sinceramente, ¿quien eres?
Un saludo
Buen artículo. Se han acostumbrados a llenarse los bolsillos con productos de relativa calidad. Me refiero, por ejemplo, al disco con carátula guarra en el que no vienen ni las letras de los temas porque resulta que "no había pasta para la producción del envoltorio del CD". Parece que este imperio le va a costar mucho tiempo y dinero daarse cuenta de que el consumidor no es estúpido. Mientras nos sigan infravolrando yo seguiré descargando.
El anonimato a menudo es reconfortante, sin duda. Las opiniones, ya sean a favor o en contra, son bien recibidas, puesto que indican que la persona se ha molestado en leer y pensar sobre el post. Seas quien seas, un saludo.
si un cd antes costaba 18 euros y ahora cuesta 18 euros pero viene con un dvd de regalo, es porque antes estaba más caro de lo debido.
ayer grabé un cd con textos exclusivamente mios, y la sgae se ha llevado un canon correspondiente por el cd en el q fue grabado.
etc etc
y no hagas bromas con george lucas, q como vea el titulo te demanda seguro.
buen articulo j.grasa
Simplemente, añadir a todo lo ya comentado —de forma excelente, todo sea dicho— que la prohibición es el principal aliciente para el ser humano. Basta que alguien prohíba comer de este árbol, para que otro se monte una macedonia con él. Enhorabuena.
Correcto en la forma y en el fondo.
Lo que más asco da es que los artistas, se han convertido en alimañas ansiosas esos cuantos euros que se les caen a las multinacionales de la música.
Más directos y menos llantos.
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