D-Generación

"Una generación extraviada en un mundo casi perdido, lejos de la Generación del 98, del 14, del 27, de mayo del 68, no somos otra cosa que una 'D-Generación'"

viernes, mayo 27, 2005

Oui mais non

Oviedo y Gijón, Jerez y Cádiz, Bilbao y Donosti, Tenerife y Gran Canaria, ... La rivalidad entre vecinos siempre ha existido. Desde el principio de los tiempos, le cercanía y la vecindad suelen degenerar en una especie de "odio" eterno y mutuo que ha dejado multitud de anécdotas entre los pueblos adyacentes. Los atenuantes de episodios de violencia, desprecio o mofa --dependiendo del grado de aversión-- suelen provenir de la envidia y la incomprensión.

Son precisamente esos los sentimientos que emanan del pueblo español hacia nuestros vecinos galos. La francofobia hispana se debe claramente a cuestiones históricas, ya muy atrás en el tiempo, que despiertan en nosotros instintos primitivos de resistencia contra lo francés. Para el español medio los galos son invasores, 'vuelcafresas', 'gabachos', 'franchutes', conspiradores amigos de los 'moros' contra España, ... Sólo prejuicios que habría que desterrar, si bien es cierto que sentimientos recíprocos similares se desprenden del francés de la media. Volvemos a encontrarnos con esa rivalidad convecinal.

Es difícil saber si es la envidia lo que fomenta esa francofobia, pero lo que resulta evidente es que nuestros vecinos del norte nos llevan ventaja en algunos aspectos. Sólo nos centraremos en la cuestión político-social.

Independientemente de lo que suceda en el referendum constitucional europeo del próximo domingo --en el que no está claro si vencerá el Oui o el Non-- el grado de responsabilidad de los ciudadanos franceses en cuestiones políticas supera, con creces, el de los españoles. Amigos, hay vida tras los Pirineos.

A diferencia de los ciudadanos españoles, los "irreductibles galos" son capaces de coger a sus líderes de las solapas, incluido al idolatrado creador del texto constitucional: le monsieur Valeriè Giscard D'Estaing. "Yo decidiré lo que voto. No me diga usted que votar Non es dar una patada en el culo del resto de los europeos".

En realidad, votar Non es tan responsable como votar Oui, nulo o en blanco, siempre que se haga consciente y meditadamente. Pero el puñetazo sobre la mesa de los franceses no se produce sólo respecto a este asunto. No.

Hace unos días, los sindicatos galos --esos sí que tienen peso, no como otros--movilizaron a todo el país --probablemente exagero-- en contra de una propuesta impopular del Estado, que pretendía que los trabajadores ejercieran sus tareas sin remunerar en la jornada festiva de Pentecostés --también es cierto que los fines eran supuestamente beneficiosos socialmente--. "Bien, ponga usted ese dinero y no me quiera convencer, haciendo demagogia, de que yo renuncie a mi jornal". Eso es responsabilidad.

Por tanto, a los ciudadanos españoles nos queda mucho que aprender de nuestros vecinos del otro lado de la cordillera pirenaica. Seguramente, en otra época, mis palabras serían consideradas un delito de derrotismo y yo, tachado de afrancesado. Bien. Seguro que esos "franchutes" también tienen algo que aprender de nosotros, pero no en lo que se refiere a aspectos político-sociales. Lo que sí tenemos que reconocer es que España avanza deprisa --no tanto como nos gustaría a algunos--, sobre todo si atendemos a un hecho evidente: nos llevan 40 años de ventaja.

2 Comments:

At 12:35, Blogger Javier Luna said...

Totalmente de acuerdo con tu artículo. Los franceses son un ejemplo para todos en el sentido del ejercicio de los deberes y derechos democráticos.

Te pido perdón por mi falta de publicación del jueves, espero tu comprensión. Ya conoces las causas de mi desaparición articulística. Os resarciré.

 
At 14:41, Blogger javier said...

La nacion mas vieja de Europa y la mas avanzada; por ello me sorprende que hayan dicho No a la constitucion Europea. Veamos como acaba todo esto.

saludos aitor

 

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