D-Generación

"Una generación extraviada en un mundo casi perdido, lejos de la Generación del 98, del 14, del 27, de mayo del 68, no somos otra cosa que una 'D-Generación'"

viernes, junio 03, 2005

Del efecto mariposa y la existencia de Dios

Si agita hoy, con su aleteo, el aire de Pekín, una mariposa puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene, J. Gleick.


No seré yo, un humilde aprendiz de hombre de letras, quien trate de explicar, la misteriosa teoría del caos que pretende ejemplificar esta cita. Las ciencias exactas, especialmente la matemática --la más abstracta de las ciencias concretas--, nunca fueron mi fuerte. Es una pena porque es precisamente ésta la disciplina capaz de obtener la explicación de muchos de los misterios del mundo. Y es precisamente esta ciencia la que se topa con una teoría de efectos desestabilizadores hacia todo sus esquemas. Por culpa de minúsculas modificaciones en alguna o algunas de las variables de una ecuación, los efectos pueden llegar a ser devastadores.

Si una minúscula y frágil mariposa es capaz de ocasionar una tormenta, ¿qué ocasionará una decisión trascendental de uná persona con capacidad de decisión respecto a la humanidad? Por ejemplo, ¿qué habría supuesto para seis millones de judíos que los padres de Hitler no se hubieran conocido?

Parece que no todo está escrito. Muy al contrario, cada decisión que tomamos tiene una consecuencia bien distinta. Recuerda un poco a esos libros para adolescentes que plantean al lector la posibilidad de elegir distintos finales, optando por seguir leyendo una página u otra. La diferencia es que, en el caso del ciclo vital, los finales no están cerrados.

El "efecto mariposa" vendría ser una demostración de por qué no todo está escrito. Según esta teoría, el destino no existe, si bien es cierto que algunas decisiones nos atraen más que otras y, por tanto, llevan una modalidad de "destino" implícita, pero muy en contra del determinismo y de las promesas de salvación de la Doctrina Social de la Iglesia.

Así, los elementos psicosociales de cada individuo le incitan a inclinarse en mayor medida por una opción u otra, pero la decisión final sólo depende de los factores que le afecten en el momento de tomarla.

Si no todo está escrito, ¿qué ocurre con Dios? Bueno. Nietzsche lo dio por muerto. Y tal vez tenía razón, porque esto nos pone ante un dilema. Según parece, la teología dice poder demostrar la existencia del Creador --de hecho, hace siglos que Tomás de Aquino planteó sus famosas vías tomistas-. Sin embargo, esa demostración tiene una trampa fundamental: para aceptar sus tesis hay que partir de una premisa. Esa premisa es la Fe cristiana. ¡Menuda variable en la ecuación!

Llegados a este punto surge una nueva cuestión: puede que la Iglesia no pueda demostrar a través de las ciencias experimentales --la Metafísica no es experimental, queridos hermanos-- la existencia de Dios, pero ¿puede la teoría del caos demostrar su no existencia? Puede que sí.

Si no existe un orden es porque nadie lo ha impuesto y entonces, todo es caos. Según parece, no sólo Nietzsche tenía razón al hablar de la muerte de Dios, sino que también Marx acertó al calificar la religión como "el opio del pueblo". ¿Por qué desplegar una estrategia narcotizante sobre el ser humano, cuando es más sencillo explicarle que sus acciones condicionarán su futuro?

El bien no es un fin exclusivo del cristianismo, sino que debe ser perseguido por toda la humanidad, aunque no en busca de la "salvación eterna". La idea es tomar conciencia de que el aleteo de un lepidóptero puede desencadenar un huracán. Meditar el sentido de nuestras acciones, contemplando el principio de acción-reacción, nos llevaría a elegir siempre el bien. De no ser así, sabríamos que las consecuencias serían terribles. Una vez más, es una cuestión de responsabilidad y mayoría de edad, en su acepción kantiana. Amén.

6 Comments:

At 15:28, Blogger javier said...

Matricula de honor; has expresado muy bien las ideas fundamentales del caos, cosa nada facil por cierto, muy buen articulo.

Cuanto mas complejo es un sistema mas imprevisible puede llegar a ser; de ahi el caracter no determinista de muchas ecuaciones que describen sistemas reales, en los que una pequeñisima variacion de las condiciones iniciales provocan un enorme cambio en el comportamiento de las soluciones.
Hay muchas manifestaciones del caso en la naturaleza (el crecimiento de un arbol, el clima, o simplemente la vida misma) y en el mundo que hemos creado (las fluctuaciones en la Bolsa,

 
At 15:32, Blogger javier said...

las oscilaciones no lineales, etc etc.
Son problemas matematicos muy complejos y que a menudo requieren potentes ordenadores para ser resueltos.
Si la mecanica cuantica nos dice que todos los futuros posibles se cumplen en realidades paralelas, el caos nos dice que todos estos futuros no son tan paralelos como pueda parecer, sino que estan de alguna manera solapados. Todos los sucesos en el universo estan conectados por medio de x sucesos adicionales. Fascinante.

Un abrazo

 
At 15:46, Blogger Aitor Ordax said...

Desde luego que es fascinante. Pero quisiera hacer una apreciación. Tengo mis sospechas sobre el funcionamiento de la bolsa. Los economistas hablan de movimientos cíclicos, pero ¿hasta qué punto hay libre albedrío en el funcionamiento bursátil?

 
At 16:28, Blogger javier said...

Muy cierto; me he flipado mucho. Lo cierto es que aun no se ha demostrado que los movimientos de la bolsa sean caoticos; lo que se esta haciendo es aplicar modelos caoticos para ver si puede predecir las fluctuaciones.

 
At 16:48, Blogger ru said...

Excelente Aitor, eres grande. Me quito el sombrero

 
At 13:00, Blogger Aitor Ordax said...

Me gusta ese símil entre la existencia de Dios y la bolsa.

Desde luego el opio es una opción válida y respetable. Sin embargo, para actuar con responsabilidad no se necesita llegar al estrés. Una pequeña dosis, similar a la del opio --que, en general, ya no es muy elevada--, serviría.

Un saludo

 

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