¿Unida en la diversidad o dividida en la unidad?
Hermann Tertsch, columnista del diario El País, se aferraba, en su artículo del pasado martes, a unas declaraciones del ex-presidente del Gobierno español, Felipe González, para cuestionar la existencia de "un interés superior común" entre todos los miembros de la Unión Europea.
Según Tertsch, las declaraciones de González decían lo siguiente: "No me preocupa estar en desacuerdo con su idea de Europa [en referencia a los líderes poco europeístas como Blair]. Me preocupa que no exista una idea de Europa. Me tranquilizaría mucho que existiera un grupo de gente que sepa lo que quiere hacer (...)".
En realidad, nos tranquilizaría a todos. Pero no es así. La idea que los líderes europeos tienen de Europa es la de una Europa amable con sus intereses nacionales. Así, el Reino Unido quiere seguir cobrando el denominado "cheque británico" --4.700 euros anuales que Bruselas devuelve a Londres por la "escasez" de los beneficios de la Política Agraria Común (PAC)--, Francia --principal beneficiario de la PAC-- se niega a rebajar las ayudas agrícolas, España, Italia y Portugal reclaman continuar cobrando fondos de cohesión y los países ricos (Alemania, Francia, Holanda, Suecia, etc.) exigen una rebaja en el presupuesto de la UE, lo que perjudicaría a los fondos de cohesión.
Un panorama desolador, sobre todo para la decena de países recién llegados que observan estupefactos los planteamientos de los socios más veteranos. Recordemos las palabras de Monnet: "Estamos aquí para realizar una obra común, no para negociar ventajas, sino para buscar nuestras ventajas en la ventaja común (...)". Ya veo. Unidad en la diversidad.
Si verdaderamente queremos llevar a cabo un proyecto europeo que una ciudadanos, basado en el principio de solidaridad, vamos por mal camino. Seguramente, la agonizante Constitución y su rechazo franco-holandés son señales que indican que hay algo que se está haciendo mal. Pero además las disputas por defender a ultranza los intereses nacionales son síntomas de la incompetencia de aquellos que están llevando a cabo el proceso.
No sirve citar a Jean Monnet sólo cuando nos interesa. Si de verdad creemos en su sueño, es necesario ser consecuentes con los planteamientos iniciales. Si no, más que unida en la diversidad, esta Europa estará dividida en la unidad. Y eso no es bueno para ninguno de sus miembros.
1 Comments:
Excelente Aitor.
Del sueño de Monet solo quedan intereses comerciales y vosotros guisais y yo me lo como. el que parte, reparte y se lleva la mejor parte.
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