D-Generación

"Una generación extraviada en un mundo casi perdido, lejos de la Generación del 98, del 14, del 27, de mayo del 68, no somos otra cosa que una 'D-Generación'"

viernes, julio 15, 2005

Presiones

Como ya apuntaba mi buen amigo Javier Luna en uno de sus artículos, el panorama mediático empieza a presentar un aspecto peliagudo. Algo huele a podrido en los medios y yo no he sido. Y sin embargo, aunque yo no haya sido, es cierto que cada uno de los miembros de esta profesión, empezando por los directores de las agencias de noticias, de las radios, de las televisiones y de la prensa --cada vez más, también entran aquí los de los medios digitales--, y acabando por los últimos monos --esos redactores con contratos "Guadiana" (de esos que existen y de pronto, pueden extinguirse)--, pasando, por supuesto, por los que sustentan la economía de los medios --los versátiles y polivalentes becarios--, somos culpables.


CULPABLE (Del lat. culpabĭlis). 1. adj. Se dice de la persona a quien se imputa una acción u omisión ilícitas por haberlas cometido de forma deliberada o con negligencia de sus deberes. U. t. c. s. 2. adj. Se dice de las acciones y cosas inanimadas. 3. adj. Der. Dicho de una persona: Declarada responsable civil o penalmente. U. t. c. s.


Así pues, deliberadamente o con negligencia de sus deberes, las piezas clave del periodismo --que no son otras que los propios periodistas-- toleran, a menudo determinadas acciones procedentes de los altos cargos de los medios de comunicación --que casualmente tienen una mentalidad diferente a los primeros, una mentalidad empresarista--. Este hecho es lamentable, pero a fin de cuentas actúa en el plano laboral.

Más grave es, en cambio, el plano de los contenidos, porque ahí surgen las presiones. Al igual que en otras épocas, en las que la censura debía ser evitada o burlada, en estos casos, el profesional de la información está obligado, si quiere ser honesto y, al mismo tiempo, cuerdo, a encontrar vías de escape.

He aquí un caso, ejemplo de cómo un medio presiona y de cómo puede desvelarse esa presión sin incurrir en detalles identificadores concretos:

Como consecuencia de la ofensiva ultracatólica en contra de los matrimonios entre homosexuales, un medio de comunicación de propiedad privada, próximo a una de las organizaciones españolas de inspiración nacionalcatólica, ha advertido a sus trabajadores de que "en la medida de lo posible" (ya sabéis: "Que parezca un accidente"), eviten que se den informaciones sobre homosexuales. Ante las presiones de la presidencia, la dirección y la redacción han cedido un ápice, aunque no tanto como le gustaría a esa presidencia. Finalmente, las informaciones audiovisuales se darán pero, en ellas, no figurará ningún distintivo que identifiqué al medio con esas informaciones.



Este absurdo ejemplo, basado en una vivencia personal, ilustra lo deleznable que puede llegar a ser el periodismo cuando se maneja una empresa informativa como si fuera una fábrica de churros. Hay que entender que el empresario quiera controlar a su antojo su propiedad. Pero la información no debe responder a criterios meramente mercantilistas, sino que existen otros valores más importantes.

Desde la ingenuidad y el ímpetu de un recién licenciado, sólo queda hacer un llamamiento a la desobediencia frente a las presiones, aunque sea "en la medida de lo posible". La inteligencia y la agudeza pueden ser muy útiles a la hora de burlar la censura. Usémoslas.

1 Comments:

At 16:23, Blogger ru said...

Y sin embargo recuerden amiguitos que siempre hay maneras de tocar los huevos al trabajador, ejemplo "Aqui no se ha echado a ningun trabajador por su ideologia, aunque si que hay algunos a los que no se han renovado"

con lo facil que habria sido hacerse informatico como todo hijo de vecino. y encima cobran más y se ponen salvapantallas de planetitas.

quicir

 

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