D-Generación

"Una generación extraviada en un mundo casi perdido, lejos de la Generación del 98, del 14, del 27, de mayo del 68, no somos otra cosa que una 'D-Generación'"

viernes, marzo 10, 2006

Haz lo que yo digo y no lo que yo hago

Estamos hartos ya de tantos siglos de hipocresía, de la Iglesia, de los gobernantes de uno y de otro signo y, en definitiva, del ser humano, el único animal hipócrita por naturaleza.

"Haz lo que yo digo y no lo que yo hago" es la filosofía. Se trata de un problema antropológico pero también de las naciones.

No es muy diferente la actitud del padre de familia conservador y adúltero, que predica la unidad de su familia y la felicidad de su matrimonio al tiempo que se acuesta con otra mujer, de la postura de las superpotencias, que condenan que otro país tenga capacidad nuclear (aunque, según nos cuentan, sea para usos civiles) mientras ellas disponen de fuertes arsenales atómicos.

Muchos alegarán que no es lo mismo que la capacidad nuclear esté en manos de los Estados Unidos, el Reino Unido o Francia que en poder de países como Irán o Corea del Norte, con líderes beligerantes al mando.

Y efectivamente no es lo mismo en cuanto al discurso. Aquí vuelve a salir a flote la hipocresía.

Mientras el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, habla de borrar del mapa a Israel y hace frente a las potencias occidentales aferrándose a su derecho de autosuficiencia energética, George W. Bush o Tony Blair hablan de democratizar países para liberar al mundo de terrorismo y, para más Inri, dicen hacerlo por mandato divino.

¡Qué crueles son los ayátolas y qué justos los salvadores occidentales!

Pero la realidad es que se contabilizan al menos 100.000 civiles muertos en Irak como consecuencia del ataque de la coalición azoril de 2003, sin contar, por supuesto, lo ocurrido después (cada día mueren decenas de personas, desde que acabó la invasión).

Si los EE UU no atacan Irán es porque la crisis de Irak y sus problemas internos se lo impiden. Pero la Administración Bush ansía avalanzarse sobre otro pedazo más del sueño "democratizador" (=contratos energéticos) de Oriento Próximo.

Sólo puede exigirse a un país que renuncie a su programa nuclear si uno mismo renuncia a sus propios programas. ¿Cómo se puede tener la hipocresía de exigir que se lleve a cabo algo que se practica?

La legitimidad para pedir la renuncia exige que todos cumplan las mismas reglas del juego: la firma del tratado de no proliferación nuclear.

2 Comments:

At 21:01, Blogger masmartinez said...

Me encuentro en la actualidad leyendo sobre el asunto sobre el que expones la hipocresía imperial.

El resultado de mis lecturas serán, por supuesto compartidas con los miembros de este foro, el miercoles, sin ánimo de "pisar" a Ruben. Pero es que hasta esa fecha estaré ocupado con la diplomacia yanqui ( a estas alturas también europea sobre la cuestión iraní).

Un saludo.

 
At 23:21, Anonymous Anónimo said...

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