D-Generación

"Una generación extraviada en un mundo casi perdido, lejos de la Generación del 98, del 14, del 27, de mayo del 68, no somos otra cosa que una 'D-Generación'"

viernes, octubre 28, 2005

Homo Estulticius

Nota previa: Los dgenerados, entre ellos yo, prometemos retomar esta página con regularidad en breve. En mi caso, parece que la normalidad, o la nueva rutina, se instalará en mi vida pronto, o eso espero. Sirva este pequeño artículo de aperitivo antes de la vuelta.



HOMO ESTULTICIUS

No pretendo polemizar, no hoy, sobre naciones, nacionalidades, regiones, sentimientos nacionales y carodroviras. Quiero hablar de unos especímenes, los ultras de extrema derecha, que habitan, mejor dicho "ocupan", los fondos de los estadios. (Y hoy me centraré en los de la "banda derecha", pero los de la "banda izquierda" me merecen el mismo desprecio por mezclar churras con merinas, fútbol con violencia, deporte con política)

Estamos ahora en plena crisis de nacionalismos, estatutos y mandangas varias. Yo también tengo ocho soluciones para el tema, pero todas pasan por encerrar a los políticos en islas desiertas. A lo que iba.

Hace pocas fechas, asistí a un partido de fútbol de tercera división. A un lado, hinchas nacionalistas de extrema izquierda, al otro hinchas nacionalistas de extrema derecha.

Quiero ser breve, asi que lo resumiré tan sólo en una pregunta ¿Por qué los idiotas de extrema derecha exhiben sus banderas de España contra la hinchada rival? ¿No ven que así les están dando la razón, exhibiendo banderas nacionales contra las catalanas, vascas o castellanas? Es decir, diciendo "nosotros somos españoles, vosotros escoria".

Es algo que siempre me ha llamado la atención. Cuando veo los Madrid-Barça y veo a los descerebrados de los ultras-sur con multitud de banderas españolas cantando aquello de "no sois españoles, sois hijos de puta". Pero vamos a ver...¿no es eso justo lo que dicen los del otro bando, que no son españoles? ¿Qué se gana enfrentando la bandera nacional contra la catalana? Es evidente, rechazo a la bandera nacional.

Lo más lógico y normal, en eventos deportivos, es que la bandera nacional se guardara para los partidos de la selección o para los partidos contra equipos italianos, ingleses, franceses etc. Para los partidos "domésticos", lo más lógico sería exhibir la bandera del equipo correspondiente o la de la comunidad a la que se pertenezca, ciudad...

Claro, que pedir inteligencia a los becerros (pobres animales, disculpadme por la comparación) es tarea complicada.

¡¡Muera la inteligencia!!

martes, octubre 11, 2005

Esos pequeños monstruos


El bien y el mal son conceptos abstractos, intangibles y a veces muy ambiguos; cada persona crea su propia versión de ellos y puede modificarlos en base a las circunstancias o vivencias. Sin embargo la mayoría coincidimos en muchos. Cometer un delito, sea cual sea, es malo y tiene consecuencias catastróficas, tanto para el individuo como para el conjunto de la sociedad. Ésta necesita ciertas normas para autorregularse, para evitar la anarquía y exista un cierto orden. Quién pone esas reglas y elige cuales son (o deberían ser, o no ser) es, normalmente, tarea de los políticos. Decidir el castigo de quienes las incumplen es tarea de la maquinaria del sistema judicial, gente que se supone preparada para aplicar la ley. Y perseguir a aquellos que no la cumplen es tarea de las autoridades. Sin embargo no todo es tan fácil. Surgen mil y un problemas. ¿La justicia es justa? ¿La ley es justa? ¿La policía desempeña bien su labor?

El delincuente es un miembro destructivo de la sociedad, alguien con un concepto alterado del bien y el mal; por supuesto hay muchos tipos de delincuentes, tantos como delitos posibles. De la simple falta al crimen más terrorífico. Algunos han pasado a la historia como auténticos monstruos, gente despiadada con un largo expediente criminal y que jamás han querido rehabilitarse. Sin embargo, estos últimos años la delincuencia juvenil esta creciendo de forma alarmante. Ya no hablamos de robos, vandalismo o peleas, sino de asesinatos, violaciones y trafico de drogas. Se nos puso el pelo de punta (bueno, a mi no, que no tengo) con la historia de Sandra Palo. Violada, torturada, quemada viva por tres mocosos de diecisiete años. Tal fue el revuelo generado que los políticos consideraron oportuno revisar la ley del menor; dice la ley que al ser menores de edad no pueden ir a la cárcel, sino a un centro de menores. El pueblo pedía las cabezas de estos gusanos. Y yo también.

Basta leer cualquier periódico para darse cuenta de que no es un hecho aislado. Cada vez mas crímenes, cada vez más violentos, cada vez más jóvenes. ¿Qué esta pasando? Dicen psicólogos y educadores que detrás de estas conductas tan destructivas se esconden otras de miedo, de odio, de ira, generadas a su vez por conflictos personales, familiares, sociales. A menudo han nacido en el infierno, han crecido en ambientes difíciles y violentos y han mamado esas conductas en su propia casa. Por supuesto eso no los justifica, es una advertencia a la sociedad. La pregunta es, ¿qué hacemos con ellos? ¿Se pueden rehabilitar? Pues muy difícil y sobretodo muy caro. Difícil porque es un proceso muy largo y complicado. Caro porque exige muchos recursos sanitarios y sociales. ¿Merecen otra oportunidad? El que diga sí que se lo explique a los padres de la chica. Con crímenes tan horrendos la ley debe ser muy contundente. Y aunque el corazón nos pida que les colguemos por las pelotas en la Plaza Mayor y luego apedrearlos, tenemos que confiar en ella; algo bastante difícil últimamente.

Si yo condujese por la A-I hablando por el móvil y la Benemérita me pillase in fraganti, me caerían 300 euros de multa. Por eso no lo hago. ¿Que sería de mí si atropellase a un peatón? Iría unos cuantos años a la cárcel. Sin embargo respetable bailaor de flamenco lo hizo con un M3 V6 de doscientos cincuenta caballos y no tuvo problemas en acudir en coche a la fiesta de un productor discográfico en su mansión ibicenca (esos que luego chillan contra la piratería). Como este, mil casos. La ley a veces no funciona. Y con esos pequeños monstruos debe ser más contundente. No hablo de aumentar la represión, ni de autorizar a los ciudadanos a armarse hasta los dientes (en E.E.U.U. ya lo hacen y no les va precisamente bien), tampoco de instaurar la pena de muerte. Pero la ley del menor ahora mismo es ridícula y obsoleta, no esta preparada para hacer frente a lo que se nos viene encima. Y es que a muchos de estos monstruos se la suda todo, y saben que acabarán en la cárcel. Que así sea pues.

martes, octubre 04, 2005

Paparazzi!


Las fotos saltaron a la palestra hace unas semanas y provocaron un gran revuelo. No es la primera vez que el Daily Mirror publica unas instantáneas algo comprometidas, de hecho el tabloide británico se caracteriza precisamente por eso, por generar polémicas. Ni la Familia Real se libra. Y la elegida en esta ocasión ha sido el esqueleto Kate Moss . La top model internacional fue pillada in fraganti con cámara oculta metiendose unas cuantas rayas de farlopa en un estudio londinense. Bum! Menuda se ha liado. El debate está servido. En realidad dos. El primero, lógico: el masivo consumo de drogas en los círculos de pasta, poder y famoseo y la influencia que poseen estos sobre los jóvenes. El segundo: el derecho a la intimidad de los famosos y a que en su tiempo libre hagan lo que les plazca

Las consecuencias para la implicada no han tardado en llegar. Las principales firmas y empresas que le abastecen de millones por la publicidad han rescindido los contratos. Esta chica debe de estar ahora dándose cabezazos contra la pared. Había jurado y perjurado que no consumía estupefacientes; claro, que va a decir: “pues la verdad me encanta ponerme hasta el culo de perico y me monto unas orgías que no veas”. Personalmente no me da pena; sin embargo detecto cierta hipocresía en este asunto. No me creo para nada que los responsables de estas poderosas empresas que la han echado “porque estamos en contra de las drogas” beban ponche y tomen canapés en sus fiestas. La diferencia es que cuentan con el anonimato, un manto protector que les permite predicar la teoría de la doble moral.

Paralelamente al periodismo surgió ya hace tiempo eso que llaman prensa rosa. Se especializo en contar la vida de famosos, pero estos últimos años ha digievolucionado y adquirido un nuevo poder: crear famosos. Cualquier retrasado o retrasada puede convertirse en un semidiós con tal de salir con cierta frecuencia en estos medios. Y los paparazzi, sujetos capaces de permanecer camuflados como un francotirador militar en busca de su objetivo, son parte de este nuevo juego. No disparan balas, sino fotos. Cuanto más comprometidas, mejor. Luego las venden al mejor postor. Un gran negocio desde luego. Y es que la fama vende. El dinero viene después, y a veces mucho.

Esta gente hará lo que les plazca con su vida, desde luego; si quieren drogarse, no habrá policía ni sistema judicial ni político que pueda impedírselo. Pero cuando se tiene tanta influencia sobre la gente, cuando se vive de una imagen, deberían tal vez planteárselo. Tampoco siento aprecio por los cazadores de instantáneas, para mi carroñeros. Ni por las grandes firmas de moda y glamour, fabricantes de superficialidad. Sin embargo tendremos que convivir todos en este mundo, porque por desgracia no van a desaparecer (y yo espero que tampoco).

La intimidad es un derecho fundamental de cualquier persona; imaginad un mundo orwelliano, con cámaras por todas partes y alguien observando a todas horas. Horroroso. Siempre habría algún gilipollas que no le importase con tal de ganar pasta pero de momento no son mayoría. Los famosos están a caballo entre ambos mundos. Siempre quejándose pero al mismo tiempo siempre dependiendo de su fama, forrándose con ella. ¿Esta acabada Kate Moss? A corto plazo es difícil de decir. Replanteemos la pregunta: ¿Esta acabada como modelo? Quizás si, quizás no, el tiempo lo dirá. ¿Esta acabada como persona? Desde luego. A menos que sepa rectificar. Pero es tan difícil que exige un cambio total en casi todo. Sus millones no se lo van a poner nada fácil; su estilo de vida se lo va a poner imposible. Fiestas, lujo, glamour, fama. “La cocaína es la señal que te envía Dios de que tienes demasiado dinero”. Buena frase. Robin Williams.